Durante muchas decadas fueron los toros el gran espectáculo de masas que necesitaba la sociedad española, pero esto empezó a cambiar a principio de los años veinte del siglo pasado, cuando la selección española consiguió la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de 1920.

Los niños querian ser toreros y en sus juegos asi lo indicaban, pero después de la hazaña de Amberes todos querían parecerse a Zamora, Samitier o Pichichi.

¿Por qué?  tener que elegir entre uno de los dos espectáculos más bellos, y que más aficionados arrastran. La polémica vienen de lejos, la verdad de esta absurda disyuntiva está basada en el mercantilismo de toros o fútbol, pues sus protagonistas ganan mucho dinero y son tratados como dioses. Dejemos que cada una de estas actividades camine por su lado.

“El fútbol tiene el interés de una constante batalla, pero los toros ofrecen la emoción del peligro. (Celia Gamez)”

En 1969 se inventó una mezcla de ambos espectáculos con el nombre de balón tauro. La exhibición  fue en la plaza de toros de Burgos, despertando un notable interés

(Composición realizada partiendo de una foto en la final Eurocopa  2008 donde se enfrentaron las selecciones de Alemania y España en el estadio del Plater de  Viena con el resultado de 1 a O a favor de la Roja, y una corrida de rejones en la Plaza de las Ventas, 2014, Feria de San Isidro.)