Luis Guijarro fue tan grande como controvertido, para unos el más grande de la representación de futbolistas, para otros “un granuja pícaro”.
Fue el intermediario estrella de los grandes fichajes en los años 50 hasta los 70. Dirigía el mercado de la compra y venta de futbolistas desde la trastienda de su negocio, venta de coches, en la madrileña calle General Sanjurjo. Por allí pasaban presidentes de clubes, directivos, federativos y jugadores solicitando sus servicios.
Sus inicios en el mundo de la representación deportiva fueron en el ciclismo durante los ocho años que vivió en Francia, en 1945 realizó gestiones con el equipo ciclista español para correr el tour y los seis días de Paris.
Es en la capital francesas donde se relaciona con equipos de fútbol, como el Stade Français donde jugaba Ben Barek y se lo trae para el Atlético de Madrid, junto al portero y más tarde entrenador Marcel Domingo, este hallazgo le reporto grandes beneficios así que decidió dedicarse por completo a la intermediación de futbolistas.
Él decía que Dios le había concedido dos cualidades “sociología y mundología” es cierto sino no sería posible haber llegado a la cúspide de este complejo mundo de la compra venta de jugadores.
Guijarro fue el primero en reciclarse y dar otro aspecto a la profesión. Allá en los sesenta vio la gran aceptación que tenían los torneos de verano. Consiguió hacerse con el Teresa Herrera y el Carranza, más tarde controlaría el resto de los torneos, llegando a gestionar más de catorce en los meses de julio y agosto.
El 8 de diciembre de 1977 UEFA le retirara la licencia pues: “Las personas en posesión de licencias de agente de la UEFA, están facultadas para contratar encuentros entre equipos de clubes, pero no para intervenir en transacciones y contrataciones de jugadores”
Fallece a los 86 años, el 17 de febrero de 2002,
Fuentes consultadas: CIHEFE (Claroscuros – Ignacio Corcuera), As Color 29-6-1971,