Roberto Dale Barral nace el 9 de septiembre de 1932 en Sevilla. Tras ser fichado por el Real Betis Balompié, juega varias temporadas cedido en el Juventud, filial de éste, y posteriormente en el Lora, para recalar de nuevo en la entidad bética. Antes de alcanzar los veintisiete años, cuelga las botas, decisión motivada por el uso de los llamados “derechos de retención” de los jugadores por parte de los clubes de fútbol, siendo su deseo el emigrar  fuera de tierras sevillanas, al no contar como jugador titular para el entrenador, y encontrarse con la negativa del presidente de la entidad por aquel entonces, Benito Villamarín, que no le facilitó la salida.

«Al abandonar el fútbol,  marché a Mallorca, donde entre a trabajar en una compañía de seguros, a través de la cual comencé a entablar cierta relación con los futbolistas del club balear. En esta situación, poco después, el Elche CF me pidió que tramitara las gestiones oportunas para la contratación del jugador Antonio Oviedo, en el que estaban interesados; operación en la que, por cierto, también colaboró el agente Luis Guijarro.»

En los años sesenta inicia su periplo en el mundo de la representación de jugadores, convirtiéndose en todo un referente en la profesión. A lo largo de los más de cuarenta años que lleva dedicándose a este oficio ha tratado con unos dos mil jugadores profesionales, fraguando operaciones tan importantes como el traspaso de Futre al Atlético de Madrid – “gracias al cual hice presidente a Jesús Gil”- o del mítico delantero Bertoni al Sevilla – “por cincuenta y seis millones de pesetas y dos semanas antes de que ganara el Mundial con Argentina”-. Es el representante más veterano de España y el tercero de todo el mundo, habiendo ostentado durante varios años el cargo de Presidente de la AEAF, -cargo que en la actualidad desempeña con carácter honorífico-, que él mismo fundó junto a otros quince agentes nacionales en el año 1995.

Fuentes consultadas; Extracto entrevista revista AEAF, Hemeroteca, Historia de Betis CF